jueves, 23 de septiembre de 2010

Hábitos del Maestro III. La oración

AtribuciónCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por Robert V.
ALBINO ALMÉCIGA
23 DE SEPTIEMBRE DE 2010




Tanto en los tiempos antiguos como ahora el hombre ha sido influenciado por costumbres, religiones, misticismos, corrientes y practicas ritualistas, etc. Por tanto se hace necesario volver a la enseñanza del Maestro de aprovechar su tiempo a solas, para orar.

Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus seguidores le dijo: —Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus seguidores.
Lucas 11:1

Jesús nos enseñó que la oración lejos de ser una religión, un misticismo o una simple costumbre, es el vehículo que nos permite tener una relación directa con Dios, Jesús no hizo de su hábito de orar una religión. Él demostró que su oración era la manifestación de su relación de amistad y amor con Dios; tu hablas con quien amas, cuando quieres, y ese diálogo es la oportunidad de conocerse y manifestarse amor, por eso Jesús mantenía su relación todo el tiempo, pero también apartaba momentos para hacerlo.

Muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y fue a un lugar solitario para orar.
Marcos 1:35

En esos días, Jesús se fue a un cerro a orar. Pasó toda la noche en oración con Dios.
Lucas 6:12

Los discípulos se hicieron consientes de este hábito y pidieron a Jesús que les enseñara a orar  para que sus vidas fueran transformadas.

Te animo a hacer tuyo este hábito, teniendo en cuenta lo que el Maestro nos enseño.

Entonces Jesús les contó una historia para enseñarles que siempre deben orar y nunca perder la esperanza.
Lucas 18:1

Orar es una necesidad, por eso debemos orar siempre, y nunca perder la esperanza.

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