jueves, 19 de agosto de 2010

¿Derrotado yo? ¡Derrotado el diablo!

LUIS ALBERTO CÁCERES
19 DE AGOSTO DE 2010




AtribuciónSin obras derivadas Algunos derechos reservados por h.koppdelaney




¿Te has sentido frustrado, cuando ha pesar de haberlo intentado muchas veces, terminas cayendo nuevamente en el estúpido hábito oculto de siempre?; ¿sientes que las promesas que Dios te ha dado están muy lejos –casi imposibles- de ser alcanzadas?; ¿has dejado atrás tus sueños, porque cada vez parecen más difícil de ser alcanzados?



En muchas ocasiones nos sentimos frustrados en diferentes áreas de nuestras vidas, cuando luchamos contra la tentación; en la persecución de nuestros sueños, o cada vez que nos sentimos defraudados porque no aparece esa persona con la que anhelamos recorrer el camino que Dios nos ha puesto por delante. Es tan fuerte nuestro desaliento, que el único sentimiento persistente en nuestro corazón, es… derrota.
Sin embargo, debemos recordar que es IMPOSIBLE que un hijo de Dios esté derrotado, ya que cuando aceptamos el sacrificio de Jesucristo por nosotros en la cruz, inmediatamente el poder que operó en Él para vencer la muerte y sentarse a la diestra del Padre a gobernar juntamente con Él, es el mismo poder que opera en nosotros para enfrentar toda circunstancia adversa y salir SIEMPRE VICTORIOSOS.

Desde el momento que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y reconocemos que Él murió por todos nuestros pecados, nuestra posición delante de Dios, cambia: Juan 1:12, nos dice que nos volvemos hijos de Dios, Gálatas 4:7 dice que como hijos, también somos herederos y como herederos, Jesucristo ha prometido que viviremos y reinaremos junto con Él (Juan 14:2-3, 2ª de Timoteo 2:12).


¿Qué quiere decir todo esto?, que Dios ya ha decretado tu victoria. Como hijo, eres heredero y como heredero, habitarás junto con Dios, tu posición es de victoria, cuando sientas que Satanás se burla de tus fracasos, recuerda que gracias a Jesucristo, tu estado natural es la victoria. 

¿Quieres saber algo más? Dios también ha decretado el estado de Satanás: derrota


Así como Jesucristo ya nos contó cual será nuestra morada, en Apocalipsis 20:10 también nos cuenta la morada final de Satanás: un lago de fuego y azufre donde sufrirá de día y de noche por siempre.


El apóstol Pablo, en su segunda carta a los Corintios, capítulo 4 versículos 8 y 9 nos  recuerda el estado natural de los hijos de Dios: 

“aunque tengamos toda clase de problemas, no estamos derrotados…”
“…aunque nos derriben, no nos destruyen”
Quiere decir esto: que ¿vamos a dejar de tener tentaciones?, que ¿ya no nos va a costar trabajo buscar la presencia de Dios?, que ¿ya no vamos a tener que esforzarnos para alcanzar los sueños y promesas que Dios nos dio?; en lo absoluto, vas a seguir tropezándote, vas a seguir fallando y equivocándote, hasta el último día que habites en la tierra, pero cuando te sientas frustrado, recuerda siempre tu estado: victoria, victoria, victoria. Puedes repetirlo las veces que sea necesario, para que nunca lo olvides, porque lo que Dios te ha prometido, te lo dará; los sueños por los que has luchado, los alcanzarás, el estúpido hábito oculto con el que has luchado tanto tiempo, ¡lo vencerás!

¡Esa es la certeza que tenemos los hijos de Dios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario